Es difícil ser consecuente,
ser hombre.
Nacemos hipotecados
y ya en vida todo se endurece
hasta volvernos débiles.
Es difícil porque somos
hijos de este tiempo circunsdante
que nos obliga a liberarnos
a codazos, a mordiscos.
Es difícil ser consecuente.
Apenas nos despejamos del otro
nos arrancan la razón, la verdad
que llevamos dentro,
nos vendan los ojos y nos
señalan el camino del dolor.
Es difícil ser consecuente.
Hay quienes van punzándose
en los clavos del miedo,
quienes pulen sus lenguas
bífidas en extrañas ideas.
Los hay domesticados
y los hay agresivos,
fanáticos, estúpidos, miedosos
de perder el poder que creen tener
no sé por qué poder.
Es difícil ser consecuente.
Lázaro.