Nestor Varela

Al retorno del viaje al bosque de niebla

Al volver de la montaña que entre niebla se pierde

traje conmigo rimas carmesí de letras azules,

colectadas todas sobre hojas del bosque verde

al tiempo dulces y tristes que en tu boca fundes

 

en el fuego de tu acento que las prueba todas

mis letras tierno besas, y me quedo estuporoso

pues con sorpresa enmascarada me preguntas

si es que acaso me aventuré a hacer aquel viaje solo,

 

a lo cual respondo

dos frases tontas

y callo un “te quiero”,

cuando la verdad

es que no,

 

viajé siempre con el recuerdo tuyo en mis ojos,

el sabor joven de tu piel al borde de mis labios

y tu aroma de mujer en mi bufanda escocesa,

ese abrazo cálido que en mi cuello se eleva

cuando luces de estrellas mueren sin dejar huella,

también con

tu silencio de hielo abrasador como respuesta,

pero

soy el viento que alimenta el fuego y que no cesa.