A Carlos (Con infinito amor)
Tus tres años no son nada
cuando vives dulcemente
arropado de tu gente
en una feliz jornada.
Una fiesta de inocentes,
chiquillos de poca edad
dispuestos a disfrutar
en los momentos presentes.
¡Amiguitos de la escuela,
venid todos a jugar,
pues vamos a celebrar
otro añito que ya vuela!
Con sus madres de la mano
a la fiesta todos vienen,
dándoles los parabienes
en su tercer cumpleaños.
Dando vueltas el tiovivo
ya dio comienzo la fiesta,
abriendo todas sus puertas
celebrando tal motivo.
La tarta ya está llegando
para encenderle las velas,
los niños corren que vuelan
porque lo están deseando.
Cansados de tanto juego
toca reponer las fuerzas,
como no toman cervezas
les bastan con caramelos.
Se le ha puesto una piñata
colgada de lo más alto
que deben coger a salto,
dando palos, la desatan.
Entre todos la han abierto
y como agua del cielo
van cayendo caramelos
que el suelo deja cubierto.
Con sus pequeñas manitas
van cogiendo golosinas,
quieren tanto que no atinan
a coger las más bonitas.
Chocolate y caramelos,
gusanitos de colores,
dulces de muchos sabores
hermosos para comerlos.
Llegó la traca final
y los niños se preparan
haciéndose una mampara
queriendo todos soplar.
Las velas ya se encendieron
en el centro de la tarta
y cuál baraja de carta
más tarde la repartieron.
Felices todos cantando
al final de la jornada
con velas en llamarada
todos los niños soplando.
José Ares Mateos