El clarecer mellado pervive
en los tambores de la arena
resuenan cuando la muerte
enhebra el tercer ojo
tránsito de este cuerpo
fugado del lecho de la vida
adulterando los colores
en una caja infantil de palabras
demudadas
observo la resaca del tiempo
escribiendo los estertores del aire
con la caligrafía del olvido
un collar de pulsos
ordenando la caída
de los pétalos
envés de la mariposa
hacen del mar
una torre de himnos
recitados por una multitud
de lunas enanas incinerándose