Cómo domo a mi corazón
que late por tí, otra vez, esta noche?
Qué le digo a la razón
para que deje de pensar en tí?
Cómo puedo entero, yo
escaparme de tu dulce recuerdo?
Cómo puede mi alma y mi voz
salir de tu presencia serena?
No puedo escapar, no.
Estoy condenado a tu esencia, en mí.
Ocupas todo mi yo
y he dejado de ser fiel a mi tiempo.
Pues está ocupado con tu imagen... siempre.