Y él, cargando su cruz,
salió al lugar llamado de la Calavera,
y en hebreo, Gólgota
San Juan 19:17
La hipocresía humana se transformó en un beso
incubando toda la traición de un desalmado
víctima de envidia, de egoísmo desatado
corazón convertido en asesino confeso.
Era Judas de Queriot entregando al maestro
para ser aprehendido enviándolo a la muerte
en un madero donde quedó su cuerpo inerte;
ese fue su precio para ser salvador nuestro.
Sepultado, pasado el dolor de su martirio,
su cuerpo perfumado en la fragancia de un lirio
volvería a la vida después de su calvario
Amaneció y la muerte no pudo retenerlo
y el odio fariseo no podía creerlo
que su tumba se volvió un sepulcro solitario.