kavanarudén

Mi niña

 

Mi pequeña niña, de mirada dulce, sonrisa tierna, ojos claros y piel morena.

Tu risa canora es reflejo de tu pureza de alma, de candor e inocencia.

Corres libre mientras tus largos cabellos juegan con el viento. 

Extiendes tus brazos queriendo atrapar al mundo. El futuro se abre al horizonte. 

Vive cada momento mi niña, no te apures por crecer, todo a su tiempo llegará.

Juega con la brisa mañanera, canta junto al arrollo travieso, corre detrás de libélulas y el diente de león, salta la cuerda de la libertad, sonríele al astro rey que besa tu serena frente, mientras el cielo azul bendice la ligereza de tu andar.

No tengas prisa en crecer, no te preocupes siquiera de ello, el tiempo, cual rocío se hace presente en el silencio mañanero, constante e incansable.

Sueña, sueña con muñecas de trapo, con pompas de jabón multicolor, con montañas de chocolate, con ríos de vainilla, hadas protectoras trasparentes, con amigos que te acompañan, con los brazos protectores de tus padres, la dulzura de tus abuelos y las travesuras con tus hermanos.

No dejaré que el mal roce tu presencia, lo destruiré con el rayo fulminante  de mis manos amantes, esas que te recibieron apenas llegaste a este mundo. 

Eres un ser de luz, un ser por el cual daría mi vida sin pensarlo dos veces.  Mereces vivir, ser, iluminar con tu sola presencia.

Dios te bendiga ahora y siempre mi pequeña niña, de mirada dulce, sonrisa tierna, ojos claros y piel canela.