Sedúceme con tus labios,
con las flores de tus manos,
con pétalos, tus mejillas,
tu perfume, los geranios.
Con tu voz de mujer perfecta;
abrázame contra tu pecho,
miraré a tus ojos, mi Reina,
como las flores en tu lecho,
como perdido, sin encuentro
Por nuestras apagadas mañanas,
por nuestra víspera pergeñada;
perfume sobre lirios nocturnos
que acaricia el ingrato momento;
baila, llana la estatua del tiempo,
un tierno arrinconado recuerdo.
De María, pasado es el tiempo
y amor mío, nunca yo te olvido,
y pido, sólo que me mires
delante tu espejo, derruido
Como yo he sentido,
en mis sueños,
como cada momento,
desde el comienzo