Decía don Eduardo Galeano, \"vengo de un país sin nombre\" porque le pedimos prestado a un río el nuestro ,Uruguay ...
Tantos caminos he recorrido que aprendí a no tener que elegir un destino donde llegar, no hay estación terminal ni final de ruta en el mapa de mi vida.
Disfruto cada día como un viaje unico e irrepetible.
Compartir el pan y el vino con mis amigos en largas noches sin final es para mi la alegría del vivir.
Sé de dónde vengo , se a donde he llegado , no sé a que lugar mi camino me llevará , que la vida me sorprenda es mi gusto por andar.
No quiero una vida programada, prefiero la libertad, no quiero tener que hacer el amor, beber o comer porque está escrito así.
Amo a mis hijos mis nietos mis amigos, y cada dia se los digo, de nada sirve amar si lo guardamos en el corazón escondido.
\"Mi familia \", son aquellos que me prestan oídos, que están ahí sin necesidad de pedirlo, que comparten tu risa, tu silencio tus locuras y desvaríos, que son almohada donde descansar cuando estás abatido y son tu sonrisa cuando la suerte te ha sonreído.
Como buen Quijote, cada día monto mi Rocinante tomo mi adarga mi lanza y mi escudo y salgo a pelearle a la vida las mil batallas contra las injusticias y el olvido, mis molinos de vientos son la maldad gratuita, el desamor, la avaricia, la soledad y la desdicha.
Mis amigos saben que no quiero compasión ni complacencia, quiero sus abrazos, sus quejas y sus copas de vino fresco para seguir batallando afrentas.
Mi dulcinea me espera en cada zaguán de una calle desierta, en cada atardecer, en el horizonte rojo de soles que se acuestan.
En cada anochecer que con el alba despierta.
Me espera enredada entre sabanas que terminan por el suelo empapadas de amor y pasión despues de hacernos el amor juntando lunas con soles nuevos.
Amo el amor puro y simple, que se transforma en abrazos, en besos que queman tu alma, el amor que enciende la fogata en noches de verano para iluminar tu alma.
Amo el pan y el buen vino porque son simples y directos, porque cuando su aroma te envuelve tienen sabor a cielo, te hacen sentir un dios sentado a la buena mesa.
He aprendido a no aprender, porque cada día al ser igual es distinto porque tu no eres el mismo ayer que hoy .
Amo las palabras como instrumento de construcción.
No se vivir de otro modo que dejando la vida a cada paso, quiero siempre amar sin medida, porque esa es mi forma de vivir.
Soy un Quijote Oriental
que lleva pronta su espada para pelear la batalla de cada día ser feliz.
El vaso de vino con mis amigos es el mejor final de jornada en la posada del camino.
Tus brazos extendidos, tu sonrisa, tus labios abiertos, el sol atardeciendo en tus ojos, son promesas que mi noche será larga, llena de estrellas y latidos compartidos.
Soy eso y mucho mas, solo cuando me has conocido.
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