¡Qué lejos está el cielo!,
decía mientras cantaba
la canción que componía
en mi triste soledad
Al oírme te acercaste,
vi el azul de tus ojos
que a los míos encandilaban
y entendí que cerca estaba.
Atrapado en la maraña
del encanto y la ilusión
no caía en la cuenta
de tenerlo tan cerca,
de tocarle sus estrellas,
que por bellas me aprisionan
Cuanto tiempo he perdido
buscando con desesperación
lo que a mi lado tenía
muy pegado al corazón.
Te amaré hasta la muerte
para poder compensar
lo mucho que me amaste
y lo poco que yo te amé.