Después de tantos días
como eternidades contenidas en segundos,
de los millones de gotas de esta lluvia de abril
he comprendido tus silencios,
tus silencios tantos,
tantos,
alejándome de ti.
He tardado tanto,
tanto,
tanto, -es mi latir-
en comprender
que tu silencio
también tiene respuestas...
Y así,
sin más
en otro hermoso de tus mutismos,
con una exhalación profunda
como de noche abismal,
como de luna nueva espectral,
desamparando el caudal
incierto de mis arterias
empiezo a callar yo también.