“Sin escándalos ni ruidos”
Te escribiré un sencillo poema
alejado del smog y mundanal ruido,
que empiece como inefable secreto
en uno de mis favoritos conticinios.
Conticinio de afectos sin palabras,
sin declaraciones, ni sonidos,
y culmine haciéndonos el amor
sin tantos jadeos, ni gemidos.
Con caricias en voraz discreción
en un erotismo los dos redimidos,
fusionados en armoniosa comunión
solo en un apacible hermetismo.
La seducción será circunspección
que no necesitaremos testigos,
testigos sólo serán el misterio
y la tranquilidad con su mutismo.
Nuestro premio el sosiego y la paz
sin reservas, momentos tan divinos
y después de tan ardiente entrega
muy vehemente en lenguaje mímico,
pedirás un instante de receso y reposo
sintiendo mi piel como cálido abrigo.
Tan apasionado que exclamarás
llena de orgasmos los sentidos:
“A donde nacen los sonidos del silencio
quiero irme cuando quieras contigo
y no regresar más, que si regreso
volverlo hacer sin tanta prudencia ni sigilo.
Hermes Varillas Labrador