alupego (Ángel L. Pérez)

NADA LA FRENA NI ACHICA

NADA LA FRENA NI ACHICA

Duras batallas sin fin,
libradas en la conciencia,
Inacabables disputas,
del amor con la paciencia.
Pensamientos que se cruzan,
con peregrinas ideas.
Elaboradas palabras,
que parecen extraídas,
de la viejuna existencia.

Ruedan como en una noria,
fantasías y razones.
Colgando como jirones,
arrebatos y pasiones.
Así cada historia sigue,
ahíta de contradicciones.
Entre dimes y diretes,
sazonando conclusiones,
con la magia de la vida,
se va forjando atrevida,
el devenir de la historia.

De finos bordes se visten.
Con ricas prendas se crían.
De guirnaldas de colores,
se va adornando la vida.
Y en el fondo solo quedan,
las experiencias vividas.
Sobre tálamos se gestan,
las idas y las venidas.
Realidades y sorpresas,
entre sencillas y altivas.

El tiempo se va apropiando,
de cada gesto y diatriba.
De cada sutil suceso,
de cada simple mirada,
entre las demás perdida.
Se apodera de la sangre,
espesándola sin prisa.
Y arrebata lo que crece,
para menguarlo deprisa.
No repara en los estragos,
que su poder justifica.

Gota a gota sin descanso,
en su transitar efímera,
transmutan amaneceres,
en negras anochecidas.
Lentamente sin reposo,
el tiempo deglute al tiempo,
que en cada cual se perfila.
Sin pausa, pero sin prisa,
la voz se quiebra aterida.
Cuando el bagaje de sueños,
en realidades se amplía.

En cada rincón se crea.
En cada fisura anida.
En cada oquedad se nutre.
Y en cada grieta renace,
sin pausa, pero sin prisa.
Ente malezas y barro.
Ente piedras y alquerías.
En cunetas y barrancos,
en las más profundas simas.
Sobre la mano que mece,
en el vientre que se agita.
En el regazo que acuna,
un soplo de esencia viva.

La vida se abre a codazos,
entre brotes de agonía.
Renaciendo de su núcleo,
como abanica la brisa.
Ruidosamente en silencio,
como un rescoldo se aviva.
No se detiene ante el viento,
ni se agacha cuando silban,
las balas de la tristeza.
No la frena la pereza,
la derrota, ni la guerra.
A.L.
http://alupego.blogspot.es
22/04/2019