La corteza de los besos
es un estupefaciente del Karma
en mundos consumados
por la inteligencia artificial
el ojo en vilo de la brisa
un hilo de vida hilvanándose
cada vez que se pierde pie
descabelladas cábalas
y salivas incandescentes
moran en el arpa del deseo
música solar
que reclaman para sí
las copas de los árboles
órbitas de satélites
anegando la profundidad mineral
de la encarnación
llama que suspira
por una muerte cristalina
más allá de la ceniza