Murió porque…
Fueron tantas las nostalgias invadidas
en parcas playas de ecos fantasmales,
fueron todas alegrías dormidas
de los mustios silencios abismales.
Murió porque…
Fueron todos sus caminos ultrajados
con la venia entrópica del dios Azares,
arropados por destinos mal jugados
en la efímera lasitud de sus males.
Murió porque…
Fueron desairados sus hermosos versos
en el libro de poemas de carena,
fueron tantos los envíos de sus besos,
que murió, por sí murió, murió de pena.
Andrés Romo
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