La noche se avecina en el silencio
con corazones opacos y gastados
que se disfrazan de hipocresía y falsedad
prometiendose amor fingiendose amar.
Se besan con labios fríos y agrietados
de años de soledad con compañia
suspiran cansados de suplicar
partiéndose con más mentiras.
La noche apremia a la oscuridad
que sigilosa esconde verdades
ocultandose en dulces manjares
para perderse entre ingenuidades.
Si los corazones se ponen un velo
para no develar sus miserias
por aquellos que se desvelan
creando una realidad paralela.
La noche finaliza
la oscuridad se termina
las mascaras se caen
y los harapos no son disfraces
la oscuridad cumplió su trato
y por eso recibió su pago
los corazones se llevan de souvenir
mentiras renovadas en sus manos.
Claudia Viviana Molina