No queda nada en mí, que no sea de tu propiedad,
Ya nada tengo, nada poseo, ya nada es mío,
Todo te pertenece,
Tuyo es mi corazón con todos sus latidos,
Eres la dueña de mis sentimientos,
De mi tiempo que a tu se detiene,
De mis sueños inconclusos, de mi mirada enamorada,
De las noches eternas, de los besos profundos,
De mis lagrimas derramadas en honor a tu ausencia,
De las risas genuinas de felicidad que me causa tú presencia,
De los poemas que desnudan mi alma para vestir
El amor que a diario te profeso.
Eres dueña de los placeres con que se nutren mi cuerpo,
De los eternos abrazos que buscan la madrugada,
De los besos que de mis labios bebiste,
De mis ojos que retratan tu silueta,
Haz transformado a tu modo a este hombre,
Que se derrite con tus caricias,
Así es mi mundo hoy, toda inspiración y letras
Que se reflejan en un papel dorado,
Vivo así, hechizado por la magia de tu amor,
Y gobiernas mis espacios desde el momento
En qué me dices te amo, MI AMOR.