Hace mucho que ya lo sé.
No nos hacemos bien.
Somos como un ancla uno en la vida de otro.
Sin embargo, qué podemos hacer. Ambos estamos en nuestra zona de confort con nosotros mismos.
Nos hacemos daño, nos queremos.
A veces podría decirse que nos amamos.
A modo de consuelo, por un daño que nos hacemos, la herida sana más rápido, el doble.
A modo de crítica, no debimos hacer rutina dañarnos.
Todo tiene una razón, lo dicen por cada esquina.
Años después, aún sigo buscando nuestra razón.
Ante la vista de los demás es posible que me esté preguntando lo obvio, ¿estamos haciendo algo tan malo o tan bueno?