Ayer de nuevo perdí la mirada,
en el reflejo de la Luna a media noche,
entre las nubes que coquetas le rodeaban,
con un café en mis manos y a mi lado,
un nuevo insomnio apuñalándome la espalda.
Se fue despacio,
seguro tras de tí,
aunque no sabe donde estás o
adonde te diriges,
tampoco sabe si vas sola o acompañada,
mas no le importa, mi mirada se ha perdido,
salió a buscarte en medio de la nada.