No culpes aquel que ha decidido no seguirte,
pues no es necio,
solo vive en monotonía
Hay pocos de alma libre
Que con el desnudo no se espantan
y venéran los pezones de muchachas encandecídas.
Hacen culto al amor a primera vista
y danzan hasta desgarrar la vibración de la melodía
No culpes aquel que ha decidido no seguirte,
pues es medroso
No los tomes por temerarios,
Llámalos solitarios,
de aquellos que aman tanto
que dejan ir.
Alpinistas de la libertad,
suicidas de lo regular
Su caminar Nardiáno te guiará por aguas peligrosas
en donde te sumergirás,
para no volver a conocerte.
Te despedirás como serpiente de tu piel avergonzada
y te arrastrarás
ensangrántando la tierra viva
Serás parte de ella
o no serás.
Ya no existirá libido cristiano,
Ni profecías
De las cuales nunca debiste oír
Avanzaremos o quizás,
yo solo avanzaré,
Incitando el solsticio de los locos navegántes
Viajando al eje final,
hundiéndonos en la obsesión de
un limite indecente
tan grotesco e impensable
que los sueños se hacen realidad,
Palpables, hermosos como
rosa en capullo en proyección a la primavera.