Diana Cristo

CERESO

 

Te sientes como un collar

de espinas amordazado en mi cuello,

que me asfixia,

cada segundo, minuto, hora, semana y año,

si tan solo fuera una de esas aves

que se paran en los árboles del cereso,

abriría mis alas hacia el horizonte dejando 

que ese sol radiante alumbrara el rostro

de este preso.