El Peregrino se ha dado cuenta de que en el sendero;
las rocas suelen aterrizar con ahínco
creer que la vereda alguna vez será una pista despejada
ya no forma parte de su acervo
pues cada camino; se le ha traducido en más piedras.
El peregrino, alguna vez quiso despejar la senda
pero fue inútil
tan inútil como esperar que el rayo sea terciopelo
sobre la corteza de algún árbol
aún así
no ha dejado de creer en los milagros.
Avanzar, entendió el peregrino
es aprender a sobrellevar la lluvia
que a veces se presenta en forma líquida
y otras veces en forma sólida
Avanzar, también,
es no esperar al milagro
sino ir en su búsqueda.