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El silencio de los votantes: y por mí vinieron

El silencio de los votantes: Y vinieron a por mí.

Quisiera reprochar en el día de la jornada de reflexión antes de las elecciones que se tienen que producir mañana, el quietismo  que ha habido ante la desesperación del momento presente donde se adivina que nuestra libertad esta amenazada por el odio, un odio pintado de fascismo.

Ahora que el miedo, bastante probable de que afecte a gran número de la población que se creía a salvo,   dice :

Vota, a ver si te salvas.

No es la conciencia la que impulsa a votar , sino el contexto de terror, pues a partir de mañana ya pueden venir a por ti.

Pues como aquel famoso poema hoy:

Primero vimos como vinieron a llevarse los refugiados de guerra y los inmigrantes que llegaban en pateras; pero como estábamos en una respetable democracia permitimos que se los llevaran sin hacer nada porque creíamos que había un juego limpio en nuestro sistema.

Luego vimos como vinieron a por artistas, pensadores, cantautores, y se los llevaron; pero como estábamos en una  respetable democracia no hicimos nada porque creíamos que había un juego limpio en el sistema.

Después bajaron el nivel , y vimos como se llevaban twiteros, blogeros, que expresaban sus opiniones, hacían chistes de humor negro, o lanzaban exabruptos como el que eructa en una fiestas y el resto ríe; también se los llevaron, pero como estábamos en una  respetable democracia no hicimos nada porque creíamos que había un juego limpio en el sistema.

Cuando ya no hablaba nadie de las pateras, de los detenidos, ni nadie se atrevía a pensar en nada, ni  menos opinar por si molestaba a alguien y se lo llevaban, había terror y más terror, yo solo recuerdo el terror que tenia yo y la gente con la que hablaba.

Y entonces  aún callados sabíamos que ya No estábamos en una democracia, aunque lo podíamos decir .

al decirlo  llamaron a mi puerta, y me los encontré, venían a por mi.

Angelillo de Uixó.

Ellos vinieron, por Martin Niemöller

Cuando los nazis vinieron a buscar a los comunistas, guardé silencio,
porque yo no era comunista,
Cuando encarcelaron a los socialdemócratas,
guardé silencio,
porque yo no era socialdemócrata
Cuando vinieron a buscar a los sindicalistas,
no protesté,
porque yo no era sindicalista,
Cuando vinieron a buscar a los judíos,
no pronuncié palabra,
porque yo no era judío,
Cuando finalmente vinieron a buscarme a mi,
no había nadie más que pudiera protestar.”

Para la libertad Miguel Hernández

  Para la libertad sangro, lucho, pervivo.
Para la libertad, mis ojos y mis manos,
como un árbol carnal, generoso y cautivo,
doy a los cirujanos.

Para la libertad siento más corazones
que arenas en mi pecho: dan espumas mis venas,
y entro en los hospitales, y entro en los algodones
como en las azucenas.

Para la libertad me desprendo a balazos
de los que han revolcado su estatua por el lodo.
Y me desprendo a golpes de mis pies, de mis brazos,
de mi casa, de todo.

Porque donde unas cuencas vacías amanezcan,
ella pondrá dos piedras de futura mirada
y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan
en la carne talada.

Retoñarán aladas de savia sin otoño
reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida.
Porque soy como el árbol talado, que retoño:
porque aún tengo la vida.