Tantas ganas que tengo de mirarte
y apreciar esos ojos deslumbrantes,
pero no estás.
Tantas ganas que tengo de abrazarte
y sentir esa esbelta cinturita,
pero no estás.
Tantas ganas que tengo de besarte
y probar un bocado de ese fruto prohibido,
pero no estás.
Tantas ganas que tengo de escucharte
y deleitar mis oídos con tu armoniosa voz,
pero no estás.
Tantas ganas que tengo de sentir tus manos
e inmutarme con el goce de tus dedos,
pero no estás.
Tantas ganas que tengo de enviarte mil poemas
para que te regocijes con mis versos excusivos tan solo para ti,
pero no estás.
Tantas ganas que tengo de amarte, estimarte, observarte y rozar tus labios con los míos,
pero simplemente no estás, nunca estuviste y nunca lo estarás.