Precioso atardecer
mirando las estrellas
que salen en el cielo
a ver a las sirenas,
instante fabuloso
de paz y de sorpresas,
la luna ya se asoma
y surge entre la niebla,
segundos de sosiego
trazando mil quimeras
las olas de la playa
llegando hasta la arena,
los sueños de los niños
precisan un poeta,
los sueños de los hombres
añoran un poema...
Tal día como ayer
rompimos unas reglas,
mirándonos de frente
y hablando sin reservas,
entonces desnudamos
las almas de sus celdas
e hicimos galopar
la sangre por las venas,
¡bendito atardecer,
que guardo entre mis cejas!,
¡bendita sensación
de labios y cerezas!,
juntamos nuestra carne,
de una manera tierna
y unidos, sin palabras,
amamos en la fresca...
\"...Precioso atardecer,
se vive y se recuerda,
dos niños que se amaron
y allí quedó su huella...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
07/04/19