Soy adicta a la savia dulce de tu cuerpo
que me llena de goce y me envenena
que despierta noche a noche mis deseos
de beberte sorbo a sorbo: dulce condena
En el mar de mi lujuria yo te invito
que dance tu delfín con gracia plena,
que busque en lo profundo de mi océano
el placer que te enloquece y te encadena
Son mis senos pájaros enjaulados
tras los suaves barrotes de tus dedos,
en tu boca, sus picos sonrosados
sacian su sed al detener su vuelo
Salvaje busco saciar en la fuente de tu sexo
la adicción que me pierde y me enajena.
Bebo el elixir sagrado de tu cuerpo
gota a gota lentamente a mi manera
Borrachos de pasión nos entregamos
al descanso de los cuerpos y del alma
para luego al alba despertarnos
con la gloria dibujada en nuestra cama.