Miedo,
Tengo mucho miedo
De que mi corazón se detenga
Entre tus brazos de tanta felicidad,
De que al pronunciar tú nombre, Cristina,
No pueda respirar, de que mi voz se apague
En tu labios y quedarme sin aliento.
Tengo mucho miedo
De que mis manos se derrumben
Al recorrer tu piel
Que me hace temblar al tocarte,
Y conviertes en escombro mi alma
Que busca rápidamente reconstruirse
En tu mirada que me pierde y me enamora.
Hoy cada poema que te escribo saben
A flores silvestres, a menta agitada por mis manos,
A mariposas de eternas primaveras,
Saben a fruta fresca, a pasto recién cortado,
A suspiros robados, a sonrisas de tus labios.