Por el tejado se oye el viento,
cerca de una calle solitaria,
ya nada me daba aliento,
ni siquiera una mano solidaria.
Mi esperanza se iba,
como el viento a las hojas,
alejada de mí y aturdida
mis manos se pusieron rojas.
La oscuridad me rodea ¡no sé qué hacer!
Dios alúmbrame este camino,
de tus manos agua quiero beber
y cambiar este fatal destino.
La neblina ha secado la hoja,
no queda ninguna a mi lado,
ni lluvia ni tormenta me moja,
ya todo se ha terminado.
¿Quién soy? ¡No lo sé!
el dolor me arresta,
no sé cómo saldré,
pero sí tengo una respuesta:
Soy la lágrima que no secó,
soy la hoja que el viento,
no se llevó.