Aquí nadie está limpio
esos ojos ya no engañan,
no mires tan fijamente,
que la piedra se desgasta;
y aunque salpique metralla,
el escozor será el mismo;
limón en el lagrimal,
burbujas ácidas,
quizá marcas en los brazos;
lo barato sale caro,
sal y hielo a cortos tragos;
¿por qué callas si al final
se transparenta el agua del lago?
Ya no tengo nada que ocultaros,
ni un mordisco, ni un abrazo...
Las correas que te ataban
hoy te abrazan y te quieren;
¿qué va a ser de ti ahora
cuando salgas y recuerdes?
¿Qué era aquello que decías
cuando escapabas del resto?
No sabes ni por qué lloras,
pero ya lo sabrás luego.
Ahora sube, navega
por los surcos de mi espalda,
son lo único que me queda
de to\' en lo que puse el alma;
decías que no podrías
y ahora mírate,
amarillas las encías,
pintadas en la pared;
he dejao\' a mis hijos
en brazos débiles otra vez.
7/1/19