Antes de ser mamá, veía el tener un hijo como un gran problema,
Sería capaz de cuidarla, de darle todo lo que ella requiriera,
Soportaría su llanto en las noches, respiraría en mi oxígeno,
La pregunta eterna, se parecería a mí, o al que me dio la semilla,
Pero mi vientre creció y ella mi LAURA me despertaba con sus pies
Puestos en cualquier lado de su habitación, mi estómago;
Y mi libertad, ya no sería la misma, me iba a atar a sus pequeños
Caprichos, claro, cuando pasó, apenas escaso el tiempo,
Quiso salir tan rápido como el viento de ese cuarto calientito,
Y con la espera del niño Dios, él me traía otro regalito,
La vida de mi hija, casi increíble, tan pronto, venirse en diciembre,
Y desde que abrió sus ojos claros como la miel y su boca sonrió,
Me robó el corazón, ató mis manos a sus pies, pues soy su esclava
Esclava del amor, ahora comprendo todo lo que siento, y es cierto
Un hijo es el regalo perfecto, compañía que calienta mis inviernos,
Risas y canto para mi soledad, abrazo en la tristeza y en la alegría,
Voces en el silencio, sobresaltos y preocupación si no la encuentro,
Pero todo parece perderse en la nada, cuando vuelvo y la tengo.
QUE DIOS TE PROTEJA PARA QUE ELLA O ÉL SEA SALUDABLE Y HERMOSO.