Ofelio

DÉCIMAS (TESTAMENTO)

No sé si pierda la lupa
cuando por fin llegué el fin,
no sé si habrá otro confín
pero eso no me preocupa,
tan sólo ahora me ocupa
lo que aquí puedo dejar,
mis gatos sin arrullar
al igual que mi querer
que, aseguro, puede ser
que la añore desde allá.

Pero todo he de dejar,
el arbolito plantado
a cambio del destinado
pa\' mi caja funeral;
todo voy a abandonar
por eso siempre le digo,
como su amante y su amigo,
a mi bella esposa amada
que, pa\' las noches heladas,
se consiga un nuevo abrigo.

Así seremos felices
incluyendo al nuevo esposo
que podrá guardar reposo
en el tejado que yo hice,
que bien todo lo utilice,
mi camisa, mis zapatos,
pero que nunca a mis gatos,
¡nunca se atreva a tocar!
que, entonces, le hará pasar,
mi fantasma malos ratos.

Pero, antes de todo eso,
quiero ser ese marido
que la quiso y la ha querido
sin medida y con exceso,
que, al tener todos sus besos,
apreció esa gran fortuna,
le obsequió mil giralunas
y también mil girasoles
y unos cuantos caracoles
revolcados en las dunas.