Instrumento de tortura, los hijos
en manos de quien tiene su tenencia
pues opaca el rencor a la conciencia
que siente en la venganza regocijos.
En la cruz del martirio dejan fijos
al negar de los hijos su presencia
a quienes de los mismos son la esencia
y en quienes no olvidan, que son sus hijos.
La distancia obligada no es olvido
y en ella son los hijos lo vencido
por mas que no lo entienda la razón.
Semilla que florece es la tristeza
del alma de quien deja a la vileza
ser dueña del latir del corazón.