Todo un largo invierno. Toda una noche oscura. Espera la divina criatura. Salir a la luz , como lucero tierno El pueblo creyente se ha despertado. Estaba preocupado con sus quehaceres. Los niños ,los hombres y las mujeres. Y de repente el frío invierno se ha acabado Yo no me proclamo ateo Aunque tenga nombre de ángel. Ni haya pisado una cárcel. Ni en la gloria ni en el infierno me veo. Desde la primera paloma Que anunciara el fin del diluvio. Con la llegada del divino efluvio. Manantial esperanzador que ya asoma