Me brillaban los ojos al verte
Cuando nadie te miraba
Aun así te esforzaste
Por apagar mi mirada.
Limadas son las horas
Que me quedan por pernoctar
Entendiendo la ironía de que;
Después de dejarte
Me empecé a enamorar.
No hay soborno ni hay retorno
Está muy lejos tu palpitar.
Cuando tus brazos eran un nido
Tan solo quise volar.
Y ya no hay ni habrá lugar
Para el maldito verbo amar.
JULIETA IALLORENZI
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