Daniel Memmo

En el silencio de la noche

En el silencio del cuarto,
un gorrión se posa en la ventana,
la noche lo atrapó volando,
y no encuentra su nido,
me mira detrás del vidrio,
debe pensar que yo también estoy perdido,
y ese cuarto no es mi hogar,
quien de los dos estará confundido?
En el silencio del cuarto,
hay una canilla que derrama una gota,
sincronizada,
tiene el sonido de una lágrima,
se mezcla con mi exhalación,
yo nunca seré canilla,
ni la lágrima una gotera,
nos une el descuido,
alguien dejó el grifo mal cerrado,
y yo una rendija en mi corazón.
En la mitad de la noche,
unos perros ladran,
estarán avisando que alguien esta merodeando,
quizás están desvelados,
y a los gritos quieren despertar a todo el barrio,
mi desvelo es discreto,
se sienta a mi lado y me habla casi murmurando,
tal vez los perros sepan que está en mi cuarto,
y a puro ladrido quieren ahuyentarlo.
En la mitad de mi desvelo,
dibujo sin pinceles, ni paños,
el paisaje de sus ojos,
con el color de la madrugada sombreo sus labios,
y la contemplo en silencio,
se desvanecerá lentamente..,
cuando el sol la comienza a quemar,
y mis ojos duelen,
de mirar fijamente el color de sus mejillas,
hipnotizado viéndote convertir en cenizas,
la luz como linterna hurga cada rincón,
buscando una pista de su presencia,
la canilla no se cansa de gotear,
los perros han dejado de ladrar,
el gorrión se aleja de la ventana
convencido que nunca encontraré mi nido.

 

     Daniel Memmo