Caminas y tu andar dibuja arco iris en el aire
amarillo de tu impetuoso cabello ondulante
como brisa fresca que sopla en el mar
Azul de la nobleza de tu rostro divino
movimientos perfectos y delicados de odalisca
que danza entre simples mortales aturdidos
sin aliento ante tu vespertina presencia.
Caminas y tu andar dibuja arco iris en el aire
índigo del Olimpo del cual emerges
cual Helena que incita pasiones
con tu mirar a la vez distraído y atento
un mirar sereno hacia quién sabe dónde,
ignoto destino de tus ojos sublimes
resplandecientes como estrellas en el firmamento.
Estás allí, parada, esbelta como Atenea delante de mí
musa de los dioses de la música y todas las artes.
Si, a Troya huiré y sucumbiré por tí, majestad multicolor
cuyo silencio oculta el aroma dulce de sutil aliento
giras al sonido de mi osada voz y dibujas arco iris en el aire
perfectamente curvo como tu encantadora sonrisa
con su níveo resplandor que ilumina mi incrédulo rostro
y entonces me concedes tus palabras y aceptas esa infusión
y desde entonces no hago más que anhelar tu aroma
en mi mente, en tu recuerdo y en mis sueños
Diosa que pincelas arco iris de utopía