Perdido en el espacio de tu presencia.
En mi caminar tú me buscabas
De la guerra y la gloria del mundo
Mi corazón te necesitaba.
Tú el único que me amo sin pedir nada
Como un niño en tus manos
Me guiaste Con tus ángeles
Alas extensas
Y aterciopeladas.
Tan blancas como la estrella más clara
A cada metro de mis pasos ellos estaban.
El sol, La luna, las estrellas, el viento tus ríos y mares
La naturaleza, tu música
Tus vastas creaciones
Dirección a mi vida, me inclinaban.
Tu templo majestuoso
Allí almas excepcionales me esperaban
Con amor y alabanzas en tu nombre ellos cantan.
Me refugio en mi interior
A mi corazón tú apuntabas
Baja las murallas hijo
Estas en mi casa.
Conociendo estas almas como el calor derritiendo
El hielo cristalizado dé las montañas
Yo me encontraba.
Hijo ya eres parte de mí
ve y haz desaparecer la oscuridad
Encandilar con tu luz
el mundo es tu trabajo.