Alfonso J Paredes

DEL RÍO A LA VILLA

De la Villa Emérita
frente a la vieja alcazaba,
ensimismado en las puestas del sol
me comento y me alecciono.

Las aguas bajan serenas
atravesando los ovalados ojos sin cejas,
entre islas y garcillas
nace en Sierra Bermeja,
muere en el Guadiana, el Albarregas.

Tienen sus muros acuñados
sellos de Roma en sus vetustas piedras,
Guadiana esconde sus ojos,
de sus orillas a los muros, trepan las hiedras.

Triunfante su entrada por puente
que sus mansas aguas atraviesan,
remansos de verano, hojas de otoño,
caen al pie de las rudas piedras
o en las frías tardes de noviembre,
tiemblas de frío bajo el viejo madroño.

El paso del tiempo ha derribado
las tumbas de los poderosos ricos,
levantando casas e iglesias,
enterrando las coloridas teselas
de los dioses acostados en los mosaicos.

Y el polvo de la árida tierra,
alza el vuelo por los Cerros del Calvario,
de San Albín se remueve la piedra.

Las calzadas empedradas
se cruzan y se alejan,
pasando de los pueblos a la villa
que caminando a su paso nos dejan,
caminos y senderos, de Jijón a Sevilla.

SENDEROS
Alfonso J. Paredes
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