La mentira nos sobrepasa y nos ahoga,
la mentira es pastosa y pegajosa,
la mentira nos sumerge en su fango,
la mentira nos muerde
y nos golpea con su látigo.
La mentira nos mira y nos intimida,
la mentira es grande y nos olvida,
nos llena de temores extraños,
nos empuja a la oscuridad de nuestras manos,
donde tocamos sin saber si queremos tocar,
donde amamos sin saber cómo amar.
La mentira, la maldita mentira
que nos encuentra en el mismo lugar
que apaga las luces y nos pone a soñar,
y a temer,
y a intentar.