Cúrame está herida existencial
que corroe las paredes de mi alma
alíviame este oscuro pesar
que quema mi bosque en calma.
Vago errante y falso por la vida
camino farsante por los días
viviendo falsas esperanzas
paseo mi alma por calles frias.
Enfermo de tu gracia y tu dulzura
de tu blanca piel ardiente
enganchado a soñarte, mi condena
por no ser un día más valiente.
Ven y cúrame esta desgracia
existir lejos de tu existencia
no es vida sino dolor y muerte
no vivo si no es en tu esencia.
Aquí sigo esperando tu señal
anhelando tu presencia en mí
no te olvides traer el antídoto
Qué vuelva la luz a brillar aquí!
Y con la luz, la gracia y la alegría
sentirme, por fin, dichoso y fuerte
con tu luz, vuelvo al verde eterno
de tu jardín infinito al tenerte.