Que la gana sofocada no nos alcance,
y la penetración de las miradas nos atraviese a metros de ser,
tu piel cancelada a la hora de comprar el boleto del tren
me recuerda que amo tu cuerpo entre cenizas y horas inciertas ,
mirame, chico de las diez,
que el abrirte el universo que hay entre mis sonrojadas piernas
calmen el sin sabor de la hora perdida en que mi rostro se alejará entre las gentes...