Llueve la tarde de mayo,
tez de cristal asoma,
tras el balcón y la alcoba.
Llueve la calle de atascos,
la gente corre sombría,
bajo la casa vacía.
Llueve la tarde de mayo,
colgada a nubes de arándanos,
bajo el latir del relámpago,
brama la fiesta del rayo.
A espuma y ébano tallo,
esgrime la pluma un canto,
y acaso escampa su llanto,
la tarde en lluvia de mayo.
DERECHOS RESERVADOS DE AUTOR