Siempre se asomaba al camino
para ver si lo veía llegar
era una espina,una llaga
que no dejaba de sangrar
por la falta de aquel hijo
sentado a la puerta de su cortijo
perdido en su soledad,
siempre mirando el camino
de noche se solía acostar
soñando que lo podía abrazar
se levantaba temprano
el horizonte en su corazón
pensando en lo que había perdido
lloraba por la emoción,
telaraña en un rincón...
En un lugar lejano
un jovén se lamentaba
pasando fatigas y dolores
cuidando cerdos estaba
hambre de pan y cariño
en su alma se colgaba
un hombre hecho niño,
que un día salió de su casa
buscando la libertad
hoy llora y suspira
soñando con regresar,
seguro que mi padre me está esperando
pero como me puedo presentar
si he sido un mal hijo
no me puede perdonar,
lágrimas de azúcar y bronce
en un bote de cristal
sueña el río y se rompe
soñando con la mar
y un ramillete de flores
yo te quisiera cortar
para ponerla en tu frente
y pensaras en regresar
que es cosa de valientes
si se sabe rectificar,
alborada en los siléncios
de la triste soledad
mira que hay barcos de plata
navegando en tu mar...
Voy a regresar a casa
y a mi padre le diré
pidiéndole de rodillas
¡ por favor, perdóname !
¡ yo se que he pecado !
y no soy digno de tu querer
déjame está como un criado
y así te serviré...
Siempre se asomaba al camino
para ver si lo veía llegar
era una espina, una llaga
que no dejaba de sangrar,
hoy se ha levantado temprano
para mirar en la lejanía
y ve un mota de polvo
de alguién que venia
hecha a correr y lo alcanza
el hijo llora y se arrodilla
el padre lo levanta y lo abraza,
en el cielo hay una sonrisa
porque el amor el fuego apaga
cura el corazón y cierra las llagas
el hijo mirando a su padre
siembra manantiales en el alma...
Lágrimas de azúcar y bronce
en un bote de cristal
hoy no son lágrimas de pena
estas si que son de felicidad...
Versión personal de la párabola
del Hijo Pródigo...