Te veo llegar, apenas hace un rato era ayer, y ya es mañana. Algo en mí, siente y sabe que, aunque volviste estas lejana. Pero estas aquí, oliendo a un perfume dulcísimo y yo a esta hora cariño, ya he soñado mucho, pero sin ti, no es lo mismo.
Quizás lo notas o quizás ya no, lo cierto es que vuelves de mañana, siempre, siempre agotada, y en la cama existo yo con los miembros inquietos y perversos como un alma seca y olvidada.
Amanezco todos los días así, tan contento e infeliz, maldiciendo ser yo mismo, un mendigo que a tus pies no valió nada, maldigo y mil veces maldigo no ser el único visitando tu cuerpo, porque te huelo distinta, porque te miras agotada y esto nos acaba.
Ya va siendo hora de verte salir definitivamente, para yo también salirme de la cama. Necesito empezar a lavarme la cara, a secar las lágrimas en la toalla,porque tus labios por otros están desgastados, porque no me han dejado nada, porque pierdo el orgullo, la cordura y esto nos acaba.
Amarga mujer, si tú supieras cuánto me has dolido, me has dolido insoportablemente, tu nombre de nombrarlo a sangrado mi garganta, no has podido no, darme un año de felicidad, un segundo, un día, una semana. Amarga mujer, ramera por gusto, maldigo no tener la plata que ganas cada noche, ese dinero maldito que logra desnudarte el alma.
Amarga mujer, ¡levántate y vete!, porque me has dolido insoportablemente. Amarga mujer, ¡levántate y vete!, a entregar tus partes íntimas, ramera por gusto, a esa esquina, que lo mejor es que te vayas, porque me has herido, porque dejar de verte lo necesito, porque necesito dejar de verte, amarga mujer, levántate y vete, porque me has dolido, porque me has dolido, insoportablemente.