Aplastantes murallas
de piedra ennegrecida,
entre días y noches
pálidos y adversos,
perdidos…
entreveo somnolienta,
aquella parábola
mañida de encantos
y del triste ocaso
de vivir de lo Perdido.
Aquel simbólico
espejo implacable y mudo,
que posees
urde el Universo descarado,
que te imita.
Mientras el
herrumbre oxidado
de la espada de las Sombras
más oscuras y siniestras,
atraviesa
mi alma inmolada
de dolor y nieve,
Ánima que se esconde
en el pajonal escaso y ceniciento,
en donde habito.
Párpados cerrados
de maizales..
los días que ya fueron,
me han negado nuevamente,
en la sangrante orla
de mares y enhiesto faros
vestidos de aromas terrestres
y esquirlas nacaradas
de la Vida y de la Muerte
concebidas…
(Soledad, dame un descanso,
en este ingrávido dolor
que no mengua..)
¿Podrá el sol,
brillante esfera
apagar en pocas horas
estos versos escritos
en carne salada y viva?
anegados versos
a los derribados dioses
enfermos de maldad
y sin piedades
que en cada instante,
y en cada hora sorda y ciega,
preñado mi espíritu
de Vacio y Negrura
que me ahogan
sin aliento…
(dioses muertos en lejanías,
que no escuchan
las insomnes Noches
y a los fantasmas del Día,
y a los que mil veces,
con ojos cerrados y ausentes ,
que ahogan mi silencio,
aún
ruego y maldigo).
Aplastantes murallas
de piedra ennegrecida,
entre días y noches
pálidos y adversos,
perdidos…
entreveo somnolienta,
aquella parábola
mañida de encantos
y del triste ocaso
de vivir de lo Perdido.
Aquel simbólico
espejo implacable y mudo,
que posees
urde el Universo descarado,
que te imita.
Mientras el
herrumbre oxidado
de la espada de las Sombras
más oscuras y siniestras,
atraviesa
mi alma inmolada
de dolor y nieve,
Ánima que se esconde
en el pajonal escaso y ceniciento,
en donde habito.
Párpados cerrados
de maizales..
los días que ya fueron,
me han negado nuevamente,
en la sangrante orla
de mares y enhiesto faros
vestidos de aromas terrestres
y esquirlas nacaradas
de la Vida y de la Muerte
concebidas…
(Soledad, dame un descanso,
en este ingrávido dolor
que no mengua..)
¿Podrá el sol,
brillante esfera
apagar en pocas horas
estos versos escritos
en carne salada y viva?
anegados versos
a los derribados dioses
enfermos de maldad
y sin piedades
que en cada instante,
y en cada hora sorda y ciega,
preñado mi espíritu
de Vacio y Negrura
que me ahogan
sin aliento…
(dioses muertos en lejanías,
que no escuchan
las insomnes Noches
y a los fantasmas del Día,
y a los que mil veces,
con ojos cerrados y ausentes ,
que ahogan mi silencio,
aún
ruego y maldigo).
Patricia Aznar Laffont