París 1973.
Amor mió,
en ésta tarde de sonrisas tibias,
la nostalgia me ha golpeado.
Es la fragilidad de mi alma inquieta y que te busca,
la que ha evocado la razón de no tenerte.
A un segundo estás de mi y de a segundos llené tu ausencia.
El espacio infinito,
las galaxias como arena de desiertos nos separan.
Los mares que no conoceremos,
las fronteras que otras manos dibujaron,
la brisa que acaricia a otros rostros nos separa.
Los domingos de escapadas, los te quiero por docena,
los catorce de febrero nos separan.
La luna en tu pelo,
quebrar los sentidos,
la pequeña muerte,
renacer en un suspiro nos separa.
La casa nuestra sin tu aroma, los hijos que jamás tendremos, los amigos entrañables, recorrer juntos París en otoño nos separa.
El tiempo indómito que ha ganado la partida nos separa. Nuestros nombres que jamás pronunciaremos,
la ironía de no habernos encontrado nos separa.
Tu amor, 1920.