Jesús Oscar Ugalde

Hermosa experiencia vivir en una burbuja

Va oscureciendo cierta forma inexpresiva, rompe la usanza doméstica.

Cada uno su par dedicado, la condena compromiso diario,

cuando te revelo y siquiera ocupo mis pensamientos en ilustrarte,

consumida pretensión alberga estos instantes,

palabras desnudando gusto a dulce cruz,

aroma que encierra el acordado edicto, quebranta la monotonía.

 

Espacio, también acordado para tal fecunda estampa,

una reserva plasmada en papel o en el momento oportuno, en ti y en mí, avidez mutua,

abre turno entre encomiendas.

 

Ajena, eres barrera a sortear sutil, discretamente,

yacer en liada persuasión,

es pasión furtiva, mi anhelo infame,

un esparcimiento de riesgo: me apreso voluntario.

 

Ajeno, soy el sedicioso confidente, aquel que guarda celoso la añoranza cómplice,

de manera persuasiva, te llamo a acudir un tiempo exiguo,

¿Adónde va el destino perdiéndonos proclives pecadores,

cegados por la imposibilidad de tragedia?

 

Un reproche tácito de miradas encontradas,

Porque sigilosamente nos dedicamos,

seremos artificiales nuevamente.

No te vayas todavía, no deshagas nuestra burbuja.

 

Cálido cuerpo unido, nuestro corazón se encierra, encláustrase,

Fuera de aquí está el mundo inclemente, la realidad que prohíbe la forma clandestina,

mejor encerrarnos así, me obligo y te obligas a vivir en ella… hermosa experiencia vivir en una burbuja,

la cerrazón de un sentimiento furtivo.