Entre tantas faldas yo estoy desnudo;
ojos verdes, azules o castaños pasan de mí;
allí en el Salón de baile acabo sordo y mudo,
como un fantasma me evaporé y desaparecí.
Ahora estoy en el bosque tan desnudo como perdido,
y ellas, me comen las entrañas con su indiferencia:
pasan de mí, cómo un libro, en el olvido,
y como un fantasma, paso a la indigencia.
Tres mujeres vestidas y yo desnudo en la vivienda;
ya no hay cama, sólo un cartón de papelera:
me tumbo, y ellas encima mío, soy su merienda.
Pero me engaño, no están, es un sueño sin pantera.
Me miro al espejo y me doy cuenta de mi discrepante
aspecto. Huyen de mí, porque soy Hombre Elefante.
NACHO REY