Vos llorás por el pudo,
yo por el quiero,
vos llorás por el por qué hasta hora,
yo por el quiero ahora y mañana.
Pero ambos lloramos a la misma hora.
Y las penas bailan todas
como golosinas alborotadas en un
envase de vidrio que todo deja ver,
mientras en la noche nos cuenta
el abanico que hace calor,
pero en realidad hace frío
y hace penas
y hace heridas
y hace miles de imposibilidades
y un par de suspiros.