Tras años sin volver al pueblo,
lo recuerdo con tristeza,
las calles ahora vacías,
los niños no están en ellas.
Recuerdo ese empedrado suelo,
los balcones y macetas,
los gritos en esas calles,
aquellos días de fiesta.
Al volver la vista atrás,
pienso en aquellas personas,
que se fueron de este pueblo,
tristes, dejando sus cosas.
Llega el tiempo de volver,
para dar vida a esa tierra,
los mayores no se han ido,
a ellos nadie les destierra.
J. Piñeiro